Los árboles protegen la tierra
Llega el verano y los incendios se disparan y los bomberon son, tristemente, noticia. Vaya por delante un silencio al valor de esos profesionales ligados con el desastre. Y otro al voluntarismo de la población en la ayuda.
Afortunadamente, con la crisis inmobiliaria, no hay tantos como antaño en los que se quemaba de forma premeditada con fin puramente especulativo. Atrás han quedado esos años de veranos en los que se tenía que combatir incendios surgidos de varios focos simultáneos.
Sin embargo, cada árbol que se pierde se tarda años en recuperar y, sobre todo, olvidamos que son seres vivos que no pueden escapar de las llamas.
Por eso hay que echar una mano entre todos. Repoblar lo que se pueda y celebrar una nueva vida plantando. Así lo hizo mi padre cuando nací y, desde luego, este árbol que os presento y que tien mejor aspecto que yo es el que sirve de intercambiador para las ardillas, reposo para palomas y sombra para todos.
NO ENCENDAMOS NADA. Ni pitillos, ni lumbre, ni barbacoas forestales ni similares. Que no sea la imprudencia la causante de tanto desastre de vidas humanas y ecológico.